miércoles, 21 de enero de 2009

El estudio científico del amor

Antes de ver las técnicas paso a paso… me gustaría contarles algo sobre el proceso de enamoramiento. Qué nos ocurre a las personas cuando alguien nos gusta mucho? Vamos a ver que dice la ciencia.
 
Los científicos descubrieron que cuando nos enamoramos nuestro cerebro produce una sustancia que se llama Feniletilamina (PEA), Las investigaciones llevadas a cabo en el Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York (Estados Unidos) han probado que esta sustancia que se produce en el cerebro se asocia con el sentimiento del amor. Y puede puede desencadenarse por eventos tan simples como un intercambio de miradas, un roce o un apretón de manos. El cerebro de una persona enamorada contiene grandes cantidades de feniletilamina y esta sustancia genera, en gran medida, las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando ocurre el enamoramiento como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento, e insomnio.
El amor romántico produce en los humanos el disparo de otras sustancias químicas como la dopamina y derivados de las anfetaminas que nos mantienen muy atentos frente a ese “otro significativo” que se cruza en nuestro camino. 
La feniletilamina parece ser un precursor de la dopamina que es la sustancia responsable de las sensaciones del amor romántico según la teoría de la Dra Helen Fisher.
 
Sin embargo, esto tiene una fecha de vencimiento que puede durar del año y medio a los 3 años. El tiempo suficiente para conquistarlo y aprender formas de seguir manteniendo ese estado o generar esos químicos en nuestro compañero, es decir, de generar la sensación de constante enamoramiento.
El enamoramiento es un proceso tanto mental como físico.
Se preguntarán por qué nos enamoramos de una persona y no de otra. Este proceso no es azaroso, no es que un día nos levantamos con una sobredosis de feniletilamina y nos enamoramos del primero que se nos aparece. Nuestro sistema nervioso genera esta sustancia frente a estímulos muy específicos que precipitan reacciones emocionales intensas. Por ej. El uso de un perfume, la forma en que la persona nos saluda, se mueve o gesticula. No nos enamoramos por una cuestión genética sino que hay cuestiones psíquicas y emocionales, en juego.
Todos tenemos “mapas mentales del amor” grabados profundamente en nosotros mismos, nuestras mentes, nuestra psiquis. A lo largo de nuestras vidas hay experiencias positivas y negativas que nuestro subconsciente va grabando y eso marca nuestra forma de relacionarnos a nivel afectivo.
 
¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra?

Varias investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles, conscientes e inconscientes. Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental (Mapa del amor) que es un molde evolutivo que se forma en nuestras mentes y cerebros. Este modelo proporciona una imagen única del amor, tan único como lo son nuestras impresiones digitales.

El sexólogo John Money considera que el mapa del amor existe primero en la mente, en los sueños y fantasías, y luego esas imágenes pueden ser traducidas a la acción con un compañero/a. Los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad a partir del conjunto entre lo heredado biológicamente y lo adquirido a través de las distintas interacciones compartidas con miembros de la familia, amigos, con experiencias y hechos fortuitos a lo largo de la vida, pero sólo se manifiesta en su plenitud después de la pubertad.

Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
 
Una vez que alguien activa o dispara alguna de esas “huellas” sentimos emociones especiales. Y en un segundo momento, pasado el shock químico de la primera impresión, nuestros cerebros comienzan a explorar nuestras similitudes y diferencias con respecto a la persona con la que nos enganchamos.
 

Frecuentemente nos preguntamos dónde están los hombres que valen la pena? La ciencia nos responde que están en todas partes buscando lo mismo que nosotras. Será que habremos buscado en los lugares incorrectos? 3 décadas de investigación científica afirman que ese no es el verdadero problema. El tema es que estuvimos buscando el amor en forma equivocada. A veces los primeros momentos de un encuentro entre dos personas definen muchas cosas y por eso que debemos estar atentas a las formas en que damos comienzo a un encuentro: nuestra forma de seducir, de usar el cuerpo y sobre todo nuestra actitud. Lo importante es estar receptivas, abiertas, aprender a leer al otro e incorporar técnicas que nos permitan sacar lo mejor de nosotras mismas y del otro.